Líderes ha habido en todos los tiempos, buenos, malos y regulares, con ciertas capacidades o con ninguna.
A lo largo de la historia se ha estudiado el liderazgo desde diversos puntos de vista.
Hoy en día, algunos creen que el éxito de las organizaciones depende de adaptarse de manera satisfactoria a los nuevos desafíos, y cómo no, de la existencia en las mismas de un líder que las lleve por el camino más acertado. Así muchas de esas organizaciones han incorporado poco a poco, nuevos modelos organizacionales, llegando a crear estructuras menos rígidas y verticales y es ahí donde el papel de "lo femenino" es clave.
Los y las dirigentes desean abrir nuevas ventanas y van a encontrar sus propios modos de dirigir, basándose en otros valores y adoptando unos roles, los cuales mayoritariamente han sido considerados como femeninos.
También hay que tener en cuenta que en la mujer habita un enorme espíritu de superación; siendo tenaces para enfrentarnos a situaciones adversas, estando al mismo tiempo alertas ante cualquier oportunidad.
Hay pensadores que hablamos de la existencia de unos cambios emergentes en lo que denominamos como "la teoría del liderazgo", y vendría a dar lugar a "el liderazgo femenino".
John Naisbitt y Patricia Aburdene han comentado que "las mujeres pueden transformar el lugar de trabajo expresando, y no renunciando a sus valores personales". Helgensen también descubrió que las mujeres tendemos a ver más a largo plazo, y que vemos nuestro trabajo como un elemento más de nuestra propia identidad, ya que programamos momentos y lugares regulares para compartir información y valoramos estar en el centro de las cosas, facilitando de ese modo la comunicación.
Hoy en día, parece ser que las características del nuevo líder deberán de ser: La franqueza, la confianza, la capacitación permanente y la comprensión, elementos que las mujeres han incorporado a su estilo de liderazgo.
Haré mención de una frase de Sandi Redenbach (experta en liderazgo): "El líder debe de ser un coleccionista de sueños, esperanzas y deseos".
Así estaremos ante una nueva concepción del liderazgo, en la que la creatividad y la sensibilidad están presentes en esta nueva forma de liderar, juntamente con el elemento de la comunicación y el respeto, además de sentirse como un auténtico aprendiz, que puede beber de las aguas de sus subordinados, que más que subordinados serán colegas.
Hay que tener en cuenta que no es fácil, pero que el futuro es mucho mas prometedor ya que en muchas empresas y en otro tipo de organizaciones, el liderazgo femenino está de moda. Yo animaría a los varones que regentan las instituciones y entes públicos o privados, a que nos dejaran las puertas abiertas, y sobre todo que nos permitieran sentarnos junto a ellos, facilitando de ese modo el futuro de las generaciones venideras.
viernes, 20 de abril de 2007
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